29 enero, 2006

EL AGUA, UN RECURSO NATURAL LIMITADO


El agua, elemento importante para el desarrollo y existencia del hombre; hoy se encuentra en nuestro territorio de la provincia de Corrientes ocupando el centro de atención mas polémico y conflictivo de todos los tiémpos. Hoy, a principios del siglo XXI, tenemos el deber de comprender, si es que todavía no lo hicimos, que el agua que tenemos en nuestros reservorios naturales, cuencas, esteros, cañadas, etc.; en un futuro no muy lejano se convertirá en botín de guerra de países con un potencial tecnológico y bélico superior al nuestro; Potencias en donde su soberanía no se discute ni se la pone a prueba. No es necesario decir que grupo tiene sus ojos puestos en nuestros recursos naturales, todos lo sabemos ya. Pero, ¿qué hacemos para defender lo nuestro?, ¿cómo nos comportamos ante lo magnífico de nuestros recursos?, mi estimado lector, dentro de lo que sabemos y de lo que podemos aportar como profesionales en la materia, el agua que tenemos se descubre ante nuestros ojos como un elemento natural susceptible de contaminarse, de modificarse, de cambiar su estructura molecular en algo tóxico que sería prácticamente imposible reciclarla y purificarla iterativamente. El agua pura de los manantiales y de los ecosistemas cristalinos como los del Iberá serán recursos limitados; y potencialmente recursos de países que si se les ocurriese, vendrían a ver preventivamente de que manera nosotros las cuidamos, o no las cuidamos. Tenemos hoy afirmativa y categóricamente, una gran responsabilidad, reitero; si es que todavía no nos hemos dado cuenta; debemos actuar conscientemente ¡hoy!, tenemos un compromiso supremo con todo lo que es patrimonio público, o sea de todos nosotros, se entiende?; con lo que le pertenece al soberano de esta Nación Argentina, o sea al pueblo; por otra parte entender que sucede, y luego, generar un dispositivo de control efectivo, instrumentado en la ley y en su ejercicio. Podemos tener la herramienta legal, pero si fallan los controles es como si no se tuviera nada. Por otra parte de ser limitado a extinguirse hay solo un paso. Hoy existen en el pais administraciones y empresas privadas que se dedican al servicio de provisión de agua potable a los ciudadanos; extraen el agua de nuestros ríos, o sea que en principio serían las encargadas de llevar adelante un programa de obras públicas, con el fin de generar la infraestructura y el equipamiento para los procesos de potabilización y por otra parte de efectuar el control adecuado que este operativo requiere, como así un análisis de bacterias de la materia de los efluentes que se incorporan al torrente del río Paraná luego que esta se convierte naturalmente en agua servida; ahora, yo me pregunto: ¿controlan realmente como dicen los contratos?, o esperan a que la inversión sea mas rentable antes de tomar medidas. No seamos ingenuos y creamos eso de que un porcentaje bajo de agua servida que tiramos diariamente a nuestros ríos, sin un tratamiento previo pueda ser razonablemente inofensivo dentro de cierta tolerancia técnica!?; vamos!!, sabemos que esto es falso en forma absoluta y terminante. Y aquí surgen dos cuestionamientos; primero: ¿hasta que punto vamos a poder contaminar sin despertar a la potencia antes mencionada? Y el segundo: ¿hasta que punto estamos nosotros interesados en fiscalizar a las empresas privadas que contaminan en bajo porcentaje nuestras aguas?; No permitamos que vengan de afuera a fiscalizar, porque si así fuese, no van a permitir que nosotros sigamos contaminando nuestras propias aguas, en una negligente actitud que sabemos se manifiesta día a día; y al final de cuentas deberemos decir: “..¡¡cerquen nomás señores!!..” toda esa tierra, o esa laguna azul que han comprado para preservarla de nosotros mismos, lo que nos queda....por supuesto; Se que no se la van a poder llevar, porque es territorio argentino, pero, ya no vamos a poder pasar a ver gratuitamente por nuestras rutas provinciales, solo, que tengamos que pagar un peaje en el futuro, por no haber sabido cuidar lo que era nuestro. Las dos razones son perjudiciales; no controlar nos lleva a que se sientan dueños de hacer cualquier cosa perjudicial en beneficio propio, como por ejemplo que construyan papeleras a la vega del río, provocando un impacto irreparable en el ecosistema. La otra es que al ver estas superpotencias, tanta riqueza junta en nuestros reservorios naturales, compren el territorio y superprotejan el área de manera que estemos privados de entrar libremente a disfrutarla. Le dejo al lector la reflexión. Cuidemos nuestro ambiente natural es el futuro de nuestros hijos. y, seamos soberanos de nuestras tierras. Atentamente. Agrimensor Quintela.